Si no quieres llevarte una sorpresa desagradable, sí es necesario registrar tu marca. Es decir, en el caso de que quieras comercializar tus propios productos, crea una marca, verás que los beneficios son múltiples.
Ahora bien, una marca no registrada de forma correcta puede ser registrada por otra empresa o por otra persona, que se quedaría con la propiedad. De ahí que, una vez tengas el nombre pensado, debas ir al registro como una exhalación para que nadie te robe tu creación y se quede con tus beneficios.
Además, acudiendo al registro podrás comprobar si el nombre de tu marca ya está registrado y tiene como titular a otra persona o no. Recuerda que no siempre puedes utilizar la denominación que quieras. Debe ser algo que nadie tenga, detalle que se consulta en la Oficina de Patentes y Marcas, en cuya base de datos figuran todas las denominaciones que existen hoy en día ya registradas.
Diferentes términos que debes conocer
Antes de registrar tu marca, debes tener familiaridad con tres términos básicos: marca, nombre comercial y denominación social.
Por un lado, la denominación social es el nombre jurídico que recibe una empresa.
Luego, tenemos el nombre comercial, que es la denominación que tiene la empresa dentro del tráfico mercantil. Se usa para diferenciarlo de otras compañías similares.
Finalmente tenemos la marca, que es el símbolo identificativo.
Pongamos un ejemplo. Todos conocemos Nestlé. Este nombre sería una denominación social. Sin embargo, dentro del gran grupo existen muchos nombres comerciales y marcas, por ejemplo, La Lechera, Nesquik, Nescafé, etc.
Recuerda que bajo una misma denominación social podrás inscribir diferentes marcas. Ya ves algunas de las que comercializa Nestlé. Pero podrás conocer muchas más si clicas aquí.
Cómo registrar tu marca
Evitar problemas de derechos y demás exige el registrar tu marca. ¿Es complicado? En realidad no. Una vez tengas un nombre pegadizo y hayas comprobado que está libre, el proceso es verdaderamente simple.
Registrar una marca exige que se paguen unas tasas y que se realice un proceso presencial u online. Veamos:
- En el proceso presencial, en el mismo momento en que hayas comprobado en la Oficina de Patentes y Marcas que tu nombre elegido no pertenece a otra empresa o individuo, tienes que acercarte hasta la oficina en sí.
- En la oficina tendrás que rellenar el formulario de solicitud de Registro de Marca. Ahí se identifican los datos identificativos de tu marca y la información de tu persona como solicitante o del representante elegido.
- Después, tienes que pagar la tasa de solicitud.
- Acto seguido, tienes que volver a la Oficina Española de Patentes y Marcas con el justificante de pago de la tasa y la solicitud. Para ello puedes acudir a una oficina de correos y enviar todo a través de correo certificado y acuse de recibo o visitar el Centro Regional de Información de Propiedad de tu comunidad autónoma.
- Recuerda, los documentos presentados deben ir acompañados de la autorización del representante en caso de que sea necesario.
- Una vez entregados los documentos, son revisados. Si no hay fallo en la información aportada o no se afectan los derechos de otra persona, se te concederá la marca.
- No obstante, todavía se abrirá un periodo por si el solicitante necesitase modificar su demanda.
Cómo registrar una marca de forma online
Puedes evitar la visita a la Oficina Española de Patentes y Marcas si haces todo el proceso de registro de la marca a través de la web. ¿Cómo? Sigue este paso a paso:
- Accede a la web online de la Sede Electrónica de la OEPM.
- Registra tu marca siguiendo el sencillo tutorial que verás. También sirve para diseños, inventos, etc.
- Pincha en Trámites para signos distintivos.
- Ve a Solicitud de marcas, nombres comerciales y marcas internacionales.
- Rellena los datos.
- Abona la tasa de solicitud.
- Espera la respuesta. No te olvides de que también habrá comprobación de tus datos y demás hasta emitir un fallo definitivo.
Recuerda, si quieres evitar posibles denuncias y problemas futuros, sí, es necesario registrar tu marca. Ya ves que los pasos no son complejos. No lo olvides nunca, no sea que tengas un éxito apabullante y veas cómo todo se va al traste por un simple despiste que no tuviste en cuenta al arrancar con tu proyecto.
